Latest Entries »

AFECCIONES POR GEOPATÍAS

Los pueblos antiguos que vivían más en contacto con la naturaleza tenían mayor sensibilidad que nosotros hoy, percibían la diferencia energética en la superposición de campos y veneraban esos puntos como lugares sagrados, construyendo sus altares, menhires, dólmenes…

Los celtas especialmente respetaban esos lugares energéticos; en Europa existe todavía infinidad de testimonios líticos. Los etruscos y los romanos, los sacerdotes polinesios, los Kaunas, construían sus ciudades y lugares sagrados en base a esas líneas geománticas, ubicando sus altares sobre puntos de fuerte emanación energética.

ANTIGUO SANTUARIO MARAE ARAHURAHU TAHITI - POLINESIA
















IGLESIA DE MISIÓN JESUÍTICA SAN IGNACIO DE MINI PROVINCIA DE MISIONES, ARGENTINA

Los Jesuitas conocían muy bien estos efectos, como lo testimonian las antiguas iglesias de sus Misiones guaraníes, en el noreste argentino y en Paraguay. El altar ubicado en esa fuertísima radiación, le daba al sacerdote oficiante una enorme exaltación y absoluto dominio sobre los feligreses allí reunidos. Además los sacerdotes jesuitas seguramente sabían canalizar muy bien esas energías y trasmitirlas a sus feligreses en forma de una real bendición.













También en Europa, la mayoría de las Catedrales medievales, están ubicadas en tales lugares energéticos, lo cual confirió a su interior un clima muy particular y un determinado efecto sobre la parte síquica de los individuos. Esos constructores eran también verdaderos físicos que integraron la parte energética al servicio de la cultura, y la sociedad por medio de bioconstrucciones con un contenido social, de salud.

El Ingeniero alemán, Dr. O. W. Schumann descubrió el efecto de resonancia del sistema tierra-aire-ionósfera. Ondas transversal- magnéticas, o también ondas de Schumann. Estas ondas vibran en la misma frecuencia que las ondas cerebrales de los seres humanos y de todos los mamíferos, a saber: en 7,8Hertz (ciclos por segundo) Es la frecuencia del HIPOTÁLAMO, es una constante normal biológica que funciona como un marca pasos para nuestro organismo y sin esa frecuencia la vida humana no es posible. Esto se comprobó con los astronautas que volvían con problemas serios de salud. Al volar fuera de la ionósfera, les faltaba la pulsación de esa frecuencia vital.

Hay muchas personas que sufren gravemente las consecuencias, cuando por causas meteorológicas, especialmente por las tormentas electromagnéticas, sus frecuencias de onda Schumann se ven interferidas. Muchos problemas cardíacos son debidos a este hecho. La moderna terapia biomagnética, con ayuda de aparatos generadores de onda Schumann y de ondas geomagnéticas, aportan una valiosa ayuda para superar estos problemas.

Hay otras influencias planetarias: los rayos ultravioletas, los rayos x, los infrarrojos, los efectos de los denominados vientos y manchas, provienen del sol.
La influencia planetaria sobre el campo electromagnético terrestre y sobre nosotros, es considerable, aumentando la electricidad terrestre con luna llena y disminuyendo con la luna nueva.

A estas diferentes radiaciones naturales, se suman las radiaciones de contaminación tecnoeléctrica, por obra y arte del hombre. Además de la contaminación ambiental, de aguas y residuos industriales, agroquímicos, pesticidas, descargas de metales pesados como plomo, tala de árboles y otros…

Acontece en ciertas zonas montañosas y en los bosques, especialmente poblados de coníferas, sin dejar de lado los baños de las aguas termales, baños y compresas de barro (arcilla), que utilizando estos medios naturales, se recupera y acrecienta la propia energía humana.

Numerosos daños sicofísicos se sufre a consecuencia de las radiaciones eléctricas y magnéticas.
Todo contacto cercano con equipos eléctricos, carente de adecuado aislamiento y de descarga a tierra, indefectiblemente afectan a las personas que los manipulan, trabajan o duermen en sus inmediaciones, produciendo leucemia infantil y cáncer en adultos.
Los árboles de las calles son también afectados por las radiaciones parásitas.

En el campo laboral, peluqueros, fisioterapeutas, electricistas llegan a padecer desequilibrios nerviosos y trastornos físicos.
Lo mismo vale para los ambientes cerrados.

La falta o disminución de ingreso de aire fresco, el humo de tabaco, producen desequilibrios en los iones aéreos, disminuyendo los iones negativos de efecto estimulante para los moradores.

Existen también elementos y muebles (metálicos) que acumulan electricidad estática: neveras, freezer, aire acondicionado que para no dañar la salud necesitan conexión a tierra.

Lo mismo vale para los tendidos (y torres) de líneas eléctricas aéreas de alta tensión, instaladas en cercanías de viviendas, que producen cáncer.


0 comentarios: