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ELECTROESTRÉS

Electroestrés

Más de lo que pensamos, estamos muy expuestos a la contaminación electromagnética.

Las dosis diarias recibidas en los electrodomésticos (radio-reloj, secador, máquina de afeitar, microondas, batidora, celular, computadora, televisor, radiador eléctrico) pueden llegar a ser elevadas, dependiendo del tiempo de uso y de la potencia de las máquinas, aunque no siempre somos conciente de ello.


A diferencia de una línea de alta tensión, que afecta durante todo el tiempo que se pasa en un edificio expuesto a su influencia, los electrodomésticos tienen un tiempo de uso restringido y por tanto su riesgo suele ser menor, excepto entre los profesionales que por su trabajo los usan con asiduidad.

De cualquier forma, los electrodomésticos y aparatos eléctricos en general y como sencilla norma de prevención, deberían mantenerse alejados de los dormitorios mientras estén en funcionamiento y debería reducirse su empleo al mínimo, para evitar al menos su contaminación.
Si además el dormitorio está situado sobre un transformador de la compañía eléctrica o sobre una central eléctrica del edificio, la dosis de radiación puede llegar hasta 20.000 nanoteslas, tal como se ha comprobado en distintas mediciones. Las dosis que reciben las personas que viven cerca de transformadores son muy elevadas, si tenemos en cuenta en cuenta el tiempo de exposición que sufren de varias horas diarias, al igual que sucede cuando la casa está cercana a línea de alta tensión, debido a la corta distancia que suelen encontrarse los edificios.
Los valores de radiación que se suelen dar en estos casos están por debajo de algunas recomendaciones internacionales sobre radiación “segura” (100/500 microteslas) pero están muy por encima de lo que se considera significativo epidemiológicamente hablando.

Riesgos conocidos
El estudio epidemiológico más ambicioso sobre la incidencia de los campos electromagnéticos en la salud de las personas, que viven el las proximidades de líneas de alta tensión, es probablemente el desarrollado por el prestigioso Instituto Karolinska de Suecia.


Analizaron esta incidencia sobre 436.503 personas que vivían en un radio de 300 metros en torno a la línea de alta tensión. Los resultados de la investigación demostraron que en enfermedades como la leucemia infantil, el riego relativo de la población expuesta se multiplicó por 2,7 en comparación a la población no expuesta, para unos valores de contaminación de 200 nanoteslas en adelante. Y este mismo riego se eleva al 380% con exposiciones de 300 nanoteslas.

En adultos y para campos electromagnéticos de 200 nanoteslas, el riesgo de ciertos tipos de leucemia, como la mieloide aguda y la mieloide crónica, aumentó en un 170% con respecto a los casos de control. El índice más elevado de casos de cáncer en relación a las distintas distancias entre las viviendas y las líneas, se dio en las situadas a menos de las líneas. Evidentemente, a menor distancia, mayor nivel de radiación y mayor riesgo.

Los resultados obtenidos proporcionan una base sólida para concluir que la exposición a los campos magnéticos, como los generadores por líneas de alta tensión, aumentan el riesgo de cáncer y leucemia infantil.

Límite: 200 nanoteslas
Ante unos resultados tan evidentes el gobierno sueco está elaborando normativas para regular la exposición, de la población en general como de la laboral, fijando un mínimo de 200 nonateslas como límite de seguridad.

Por su parte la industria informática acepta el límite biológico de 250 nonateslas de campo magnético a 50 cm de la pantalla de la computadora y ha creado la etiqueta ecológica Low Radiation, que sigue las recomendaciones SWEDAC y se anticipa a la normativa legal.

A pesar de las recomendaciones internacionales, no existe legalidad suficiente aún para regular esta grave situación. En distintos países se pide el soterramiento de las líneas de alta tensión y una normativa mucho más rigurosa contra la proliferación de antenas de telefonía móvil.

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